
En el estadio aguardaban dos tipos de espectadores, los que por su edad pudieron ver el concierto de 1982 -esta noche estaban sentados en tribuna- y los que entonces eran demasiado jóvenes, situados de pie en la zona del terreno de juego.Todos rugieron con satisfacción al escuchar las primeras notas del concierto y la fiesta siguió con una mirada a los sesenta, "Let's spend the night together". Tras el segundo tema, Jagger saludó al público en español y se disculpó por el plantón que el grupo dio a sus fans madrileños el año pasado: "Siento haber tardado en venir. Estamos muy contentos de estar aquí finalmente".
A
la tercera, "She's so cold", se quitó la chaqueta y siguió correteando
por el escenario -no dejó de hacerlo en toda la noche-. Keith Richards
se encendió un cigarrillo.
"Vamos a pasarlo bien", prosiguió Jagger
en español antes de que la banda acometiera "Monkey man". Parecía una
orden y el público no dudó en acatarla.
Con otro clásico de los
sesenta, "You can't always get what your want", los Stones terminan de
meterse al público en el bolsillo.
Todos corean el estribillo. Para entonces ya estaban sobre el escenario una sección de viento y una exuberante vocalista.
"Sois
un público estupendo", exclamó Jagger, mientras los espectadores
coreaban cánticos de estadio. La banda hizo una incursión en el blues
con una homenaje a Ray Charles, "The night time is the right time", una
de las sorpresas del espectáculo.
"Tumbling
dice", uno de los temas más rotundos de "Exile on Main St", llevó al
concierto a uno de sus momentos culminantes. Jagger piropea en español
a su vocalista -"Qué vestido tan bonito, ¿te lo has comprado en el
Rastro?", le dice- y cuando acaba el número desaparece.
Al frente
del escenario queda entonces Keith Richards. El público lo aclama y él
sonríe de forma extraña. O le han quedado secuelas de la caída que
sufrió desde un cocotero o es que ha vuelto a las andadas. El
guitarrista acierta a decir "hola, señores y señoritas" y luego empieza
a cantar con el acompañamiento de la guitarra de Ron Wood.
Consigue
interpretar "Silver" y "Happy" con su voz de gato antes de que Jagger
vuelva a tomar el mando con "Miss you", la afortunada aproximación de
los Stones al funk.
El escenario se desplaza entre el público sobre
el terreno de juego para regocijo de los espectadores más jóvenes.
Charlie Watts, el decano del grupo -64 años- sigue tocando la batería
con una autoridad increíble.
La banda deja "Brown sugar" para el bis. Después de dos horas de actuación, Jagger recorre el campo corriendo por una pasarela. Tras la traca final, con fuegos artificiales incluidos, el grupo saludo y el vocalista se queda solo botando en el escenario. Cumplirá 62 el próximo mes.